Eugene Vincent Craddock vino al mundo el 11 de febrero de 1935, en Norfolk (Virginia). Esa ciudad tiene una importante base naval y allí se alistó Vincent cuando tenía 17 años. Tras largos periplos marítimos, el chico regresó a la base, donde se le encomendó el puesto de motorista. En 1955 fue embestido por un coche que le destrozó la pierna izquierda; en los largos meses de hospital, se dedicó a perfeccionar su dominio de una guitarra que había comprado en Nápoles (Italia). A1 año siguiente conoció a un grupo local, los Virginians, con los que realizó la inevitable reconversión: del country al rockabilly. Nuevo nombre: Gene Vincent and The Bluecaps. Llegaron en el momento justo. El sello Capitol, envidioso del triunfo de RCA con Elvis, quería algo similar. Y se dejaron convencer al escuchar Bebop?a?lula, una canción febril de posesión. En la grabación, bañada en eco al estilo del sello Sun, destacaba la voz insinuante de Vincent, dominadora de los trucos ?hipos, falsos tartamudeos, suspiros? del rockabilly sureño. Los Bluecaps, un cuarteto sin saxo ni piano, tenían un sonido nítido y palpitante, roto por imprevisibles solos del guitarrista ?primero Cliff Gallup, luego Johnny Meeks? que creaban una tensión casi palpable. Resultó un éxito considerable y está ahora reconocida como una de las piezas emblemáticas del movimiento: John Lennon la utilizó para abrir Rock'n'roll, disco de homenaje a sus ídolos. Luego, la pendiente. Vincent era erotismo en bruto, un tipo hosco que se metía en borracheras, peleas y orgías. Esa fama y el hecho de que la Capitol no fuera generosa con los pinchadiscos determinó que la incipiente fama del antiguo marinero se extinguiera.No ocurrió lo mismo en Europa: allí, el productor de televisión Jack Good le diseñó una nueva imagen y una coreografía adecuada. Aferrado al micrófono, una estatua revestida de cuero esperaba el momento de entrar a cantar con cara de sufrimiento: abría la boca y se movía pesadamente, arrastrando esa pierna que nunca curó totalmente. En los sesenta, vivía de apariciones ante sus fieles europeos mientras grababa material country en Estados Unidos. El demonio del alcohol le había hecho un tipo irritable e introvertido. Murió de una úlcera el 12 de octubre de 1971, en Los Ángeles. Dicen sus íntimos que tenía una cara sonriente, "ansiaba dejar de vivir". Su sino le persiguió hasta el final. Fiel a sus orígenes, quería ser arrojado al mar, pero las leyes norteamericanas exigen para esos entierros que el cadáver sea pasado antes por el crematorio, lo que siempre repugnó a Vincent. Ni siquiera se pudo cumplir su último deseo.
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